Ciudadanía

Imaginemos una ciudad al anochecer, donde la iluminación contribuyera a crear una atmósfera agradable, un ambiente cuidado, confortable, que permitiera ver, mirar, contemplar sin deslumbramiento, sin obstáculos. Donde existiera luz por la noche solo donde se precise. Luz y también contraste, sombra y oscuridad para crear ambientes acogedores, minimalistas, tranquilos, calmados, serenos…

Imaginemos una ciudad…

Una iluminación inteligente, adaptativa, flexible, que ofreciera al ciudadano diferentes escenarios durante la tarde y la noche, que permitiera la actividad humana durante las primeras horas para luego favorecer el descanso de los vecinos, que permitiera resaltar sólo aquello que quiera enseñarse, los detalles que enriquecen el paisaje nocturno de una ciudad.

Una iluminación eficiente, con niveles y uniformidades adaptadas a las condiciones de diseño de cada una de las situaciones de proyecto que podemos encontrar en ella, alumbrados viales funcionales para una conducción segura y alumbrados ambientales a escala humana, para las personas.

Una iluminación donde el alumbrado vial, ambiental y monumental u ornamental estuvieran jerarquizados como en una escena teatral, donde los niveles de luz y sus temperaturas de color convivieran en armonía, de un modo saludable para las personas y respetuoso con el medio natural, donde el fondo del cielo nocturno de la ciudad fuera oscuro, negro, con bajos niveles de brillo, lleno de estrellas y no una nebulosa iluminada como ocurre en la actualidad.

Una iluminación que esté gestionada. Qué esté plenamente operativa y en servicio, operando bajo condiciones óptimas en materia de seguridad industrial y contratación eléctrica, con adecuado estado de conservación de todos los elementos que integran la red, cuadros, líneas y puntos de luz, soportes y luminarias. Una ciudad donde exista conocimiento e información de lo instalado, con visores GIS y mapas, con tecnología de optimización de horarios de encendido y regulación multinivel, con programación flexible vía Telegestión e inteligencia para la toma de decisiones de explotación adaptándose a las necesidades de la ciudad.

Esta ciudad que imaginamos, lejos del presente, puede ser una realidad en los próximos años si sabemos trazar y recorrer el camino necesario para ello.

Imaginemos que cerca de esta ciudad imaginaria hay otra, y otra… Imaginemos entonces un territorio… un país… un planeta…

La noche es necesaria

  • Durante miles de años el planeta ha estado sujeto a los ciclos naturales de luz y oscuridad, ciclo día y noche, cuyo ritmo natural rige el desarrollo y evolución de los seres vivos. Se trata de un patrón bastante estable, sujeto a las variaciones estacionales y diarias, a la variación de la duración del día y la noche y a los ciclos lunares entre otros complejos factores.
  • El medio natural y los ecosistemas naturales no necesitan luz adicional por la noche y deben permanecer oscuros, contando sólo con la iluminación natural nocturna aportada por la luna y la bóveda celeste según el ritmo natural antes citado.
  • En las últimas décadas y con ayuda del rápido desarrollo de los sistemas de iluminación, el ser humano se ha esforzado en querer extender su jornada diurna y acortar la noche, tanto que hoy en la mayoría de las ciudades hemos perdido la oscuridad y la hemos sustituido por un crepúsculo continuo. Ciudades en las que ya nunca es de noche, ciudades que no duermen, ciudades sobreiluminadas.
  • La luz es necesaria en nuestras vidas, pero la noche también. La luz, la penumbra, la sombra y la oscuridad deben ser los protagonistas del diseño del paisaje urbano nocturno.
  • En los últimos años el ser humano está variando, quizás sin ser realmente consciente, su actividad o comportamiento diurno, variando su ciclo natural de actividad y descanso. De hecho, estudios afirman que en la actualidad dormimos dos horas menos que hace un siglo.

Estimación visual directa

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8/9City/Inner City Sky 7City/ Suburbia Transition 6Bright Suburban Sky 5Suburban Sky 4Suburban/ Rural Transition 3Rural Sky 2Dark Sky Site 1Excellent Dark-Sky Site

Efectos visuales y no visuales de la luz

  • La luz natural, la luz solar filtrada por las capas de la atmósfera, ofrece un patrón espectral variable a lo largo del día. Desde el orto al ocaso, la luz solar percibida en una zona concreta irá variando sus características espectrales, intensidad y dirección, de un modo complejo. Se trata de radiación electromagnética que puede crear una sensación visual al estimular directamente los fotorreceptores de la retina del sistema visual, en un rango concreto de longitudes de onda. Pero además de excitar el sistema visual, la luz produce también otros efectos biológicos, no visuales, en los seres vivos.
  • La luz influye en la psicología y biología humana de forma notable. Debido a la atmósfera, al desplazamiento de la Tierra en su movimiento y a la posición relativa del observador respecto al Sol, la luz solar que percibimos tendrá una distribución espectral diferente en cada momento del día, unas horas concretas de insolación por la variación en la duración del día y la noche, y un nivel de energía diferente en cada una de las estaciones.
  • Conocida la importancia del tipo de luz en la regulación de los ritmos circadianos del ser humano, el CIE acuña el término de iluminación integradora en su International Lighting Vocabulary, DIS (CIE 2016), " para referirse a iluminación que está específicamente destinada a integrar efectos visuales y no visuales, produciendo efectos fisiológicos y psicológicos en humanos que se reflejan en evidencia científica.

Contaminación lumínica bajo filosofía Slowlight

La definición de contaminación se aplica a cualquier factor que produce una alteración negativa del estado natural del medio ambiente. Dado que el medio ambiente nocturno debe permanecer oscuro, cualquier iluminación artificial debe ser considerada contaminante. Sin embargo, la sociedad utiliza la iluminación nocturna en ciertos entornos con fines que son considerados esenciales para el desarrollo humano. Debemos hablar entonces de contaminación lumínica admisible y reflexionar sobre qué niveles habrán de considerarse aceptables en cierto tipo de ubicaciones. Hablamos de zonificación. Sin perjuicio de ello, la sobreiluminación y la utilización inadecuada de la iluminación no tiene sentido lógico en el contexto tecnológico, medioambiental y social actuales. Además, dado que la contaminación lumínica no conoce fronteras y los fotones viajan centenares de kilómetros, se trata de un problema local con repercusiones globales.

En la filosofía Slowlight comprendemos que la iluminación en la noche es necesaria para la actividad humana, pero debe considerarse como un recurso crítico dados los efectos perjudiciales que su uso produce. A nivel municipal debe gestionarse por tanto con conocimiento y responsabilidad.

En la filosofía Slowlight en lo referente al alumbrado público, que ha de ser considerado competencia y servicio esencial a prestar por los Ayuntamientos, entendemos por Contaminación lumínica la suma de todos los efectos adversos en el medio natural, que debe permanecer oscuro en la noche, producidos por la iluminación artificial no sostenible asociada a la actividad humana, especialmente referidos a la emisión de flujo luminoso en intensidad, dirección y rango espectral inadecuados e innecesarios en un momento concreto para la función que se ha de cumplir, con graves afecciones medioambientales, sociales y económicas y severa afección al confort, bienestar y salud humana.

La iluminación pública responsable es, por tanto, un nuevo reto no sólo energético y medioambiental sino también social, cultural y de salud humana.

En la Red Española de Estudios de Contaminación Lumínica REECL, por contaminación lumínica se entiende, en términos científicos, la alteración de la oscuridad natural del medio nocturno producida por la emisión de luz artificial.

Según el Vocabulario Internacional de Iluminación de la Comisión Internacional de la Iluminación (CIE) la contaminación lumínica es un término genérico que indica la suma total de todos los efectos adversos de la luz artificial.

Iluminación artificial en la noche y contaminación lumínica

  • Toda iluminación artificial en la noche genera un desequilibrio en el ciclo natural de luz y oscuridad. Como tal alteración ha de ser considerada como una forma de contaminación independientemente de sus características, siendo conscientes de que produce efectos adversos entre los que se encuentra una alteración relevante del funcionamiento del sistema circadiano de los seres vivos.
  • La contaminación lumínica, entendida como la alteración de la oscuridad natural del medio nocturno producida por la emisión de luz artificial, que incluye, según el Vocabulario Internacional de Iluminación de la Comisión Internacional de la Iluminación (CIE), la suma total de todos los efectos adversos de la luz artificial, que afectan al paisaje nocturno, a los ecosistemas naturales, a la biodiversidad y a la salud humana.
  • La contaminación lumínica no es inocua para la salud humana, así como tampoco lo es para la biodiversidad. Hoy sabemos que la luz regula nuestro ciclo circadiano, sueño, y muchas funciones fisiológicas y hormonales con influencia en la salud, estado de ánimo y en el comportamiento.
  • La contaminación lumínica afecta severamente a la contemplación del cielo estrellado. La contemplación de un cielo nocturno no contaminado que permita la observación del cielo estrellado, es un derecho fundamental del ser humano, equiparable al resto de los derechos ambientales, sociales y culturales.
  • La luz no conoce fronteras y viaja centenares de kilómetros. De este modo, la contaminación lumínica producida en una zona concreta afectar a todo el territorio y viceversa.
  • La superficie de la Tierra iluminada artificialmente por la noche aumenta continuamente en luminosidad y extensión, de modo que quedan pocos territorios con oscuridad natural. Tal como se refleja en el Atlas del Brillo Artificial del Cielo Nocturno recientemente publicado, más del 99% de la población europea vive en zonas con cielos lumínicamente contaminados y el 60% de los ciudadanos europeos no pueden ver la Vía Láctea.
  • La contaminación lumínica es un problema complejo, que ha de analizarse bajo un enfoque multidisciplinar, desde varios puntos de vista, que deben incluir la Astronomía, la Biología, la Salud humana, la Arquitectura urbana y arquitectura del paisaje, la Ingeniería eléctrica y la seguridad industrial entre otras. El conocimiento compartido y el pensamiento avanzado son claves para diseñar estrategias exitosas para reducir el fenómeno de la contaminación lumínica.

Alumbrado público

Slowlight ofrece en sus principios básicos las pautas a seguir para la transformación sostenible de la iluminación de una ciudad, iniciando una desescalada en los impactos perjudiciales de la contaminación lumínica pero también trabajando para ofrecer un paisaje nocturno que permita poner en valor el patrimonio urbano y la actividad humana.

  • El papel de la iluminación pública es ofrecer unas condiciones de visibilidad nocturna en el espacio público a iluminar para que los ciudadanos puedan desarrollar en él ciertas actividades en garantías de calidad y seguridad, con un rendimiento y satisfacción adecuados.
  • La iluminación artificial en la noche se genera principalmente mediante redes de alumbrado público, mediante la iluminación de otras infraestructuras públicas, iluminación exterior privada asociada a instalaciones industriales, terciarias, domésticas y publicitarias, pero también mediante la iluminación interior de viviendas y residencias y por el tráfico.
  • La iluminación artificial es uno de los grandes consumidores de recursos económicos para los ayuntamientos, tanto en materia de inversión como de gasto público. El diseño e instalación de redes de alumbrado público, su mantenimiento y conservación, su renovación continua y el gasto energético asociado a su explotación suponen un importante coste en materia de recursos humanos, técnicos y presupuestarios.
  • La evolución del gasto eléctrico en alumbrado público en España ha crecido a ritmos estimados del 5% en los últimos años, alcanzando costes estimados cercanos a los 950 millones de euros anuales, siendo el país con mayor consumo en alumbrado por habitante de la Unión Europea.
  • Como datos de referencia el coste de instalación de un punto de luz tipo puede rondar los 1.500 euros, su coste energético medio anual puede rondar los 125 euros al año. Su coste de mantenimiento y explotación supondrán un coste de unos 60 euros al año. La vida útil estimada del punto de luz se estima en unos 25 años. La multiplicación de estos valores por la nube de puntos de luz en nuestro país, cercana a los 9.0 M de puntos de luz, nos da idea del volumen de recursos que supone mantener las redes de alumbrado operativas.
  • La actividad humana asociada al desarrollo y en cierto modo, el uso irracional de la luz, ha traído como consecuencia la perdida de la oscuridad de la noche en los núcleos habitados con importantes consecuencias para la biodiversidad y el medio ambiente.

“en ocasiones se utiliza la luz, cualquier tipo de luz, para despertar la atención de la ciudadanía, pero habitualmente no se tienen en cuenta las consecuencias reales que acarrea una iluminación inadecuada…”

Iluminación emocional

“la iluminación, es capaz de despertar emoción, de aportar significado, información, de transmitir sensaciones…” Sin embargo, no debemos abandonar el concepto de sostenibilidad. La iluminación responsable también es capaz de generar emoción…

Información de interés